De la pasión al cariño. Cómo superarlo

Todas las parejas pasan por diferentes etapas a lo largo de su ciclo vital.

Empezamos por el amor romántico, la pasión. Esto es lo más, es el climax vital, pero tiene los días contados. El amor romántico dura entre 12-18 meses. En este tiempo los cambios bioquímicos de nuestro cerebro no nos dejan ver los defectos del otro.¡ Estamos enamorados! El otro se instala en nosotros y dejamos de ser nosotros para ser plenamente el otro. Todas las horas del día. Como la naturaleza es sabia y esto no hay quien lo resista por mucho tiempo, afortunadamente se pasa.

Pasamos de la pasión al compromiso y del compromiso al síndrome de estrés post-romántico. La revolución hormonal del enamoramiento se asienta y nos da un poco de respiro. A veces sólo un poco porque, y dependiendo de cada pareja, esta fase puede ser vivida como normal o como una verdadera odisea que puede acabar en ruptura.

Si la pareja cae en el síndrome de estrés post-romántico( SEPR) comienza a vivir una etapa de irritabilidad hacia la pareja, quejas continuas,disminuyen la relaciones sexuales, los intercambios negativos empiezan a ganar a los positivos...

Sólo el 15% de las parejas son incompatibles, las demás simplemente no consiguen superar el SEPR. No son capaces de construir un amor verdadero.

Hay que contar con una buena dosis de PACIENCIA Y CARIÑO. Pasado un tiempo es normal descubrir en el otro comportamientos que nos molestan. Es importante aprender a ser autocrítico en esta etapa y procurar no tratar mal a la otra parte. No caer en la falta de respeto, en el machaque continuo, en la autotortura de sentir que esto no funciona, esto no es lo del principio...

Hay que buscar ayuda cuanto antes si la cosa se pone fea. Es importante que la pareja sepa detectar esta fase de SEPR y actuar en consecuencia antes de tirar la toalla.

Para reactivar la pasión, no hay que empezar por el sexo sino por las CARICIAS Y EL CARIÑO que aún perdura.

Superar la transición entre pasión y amor no es sencillo pero puede ser de gran ayuda RECORDAR cómo EMPEZÓ TODO: algo tan simple como dormir abrazados, por ejemplo. Y evitar a toda costa la indiferencia.