Ana. La depresión en persona
Fue un caluroso día de julio cuando Ana llegó a mi consulta.
La verdad es que sólo abrir la puerta y mirarla ya intuí lo mal que estaba.
Como alma en pena, arrastrando sus pies y su propio peso, entró hasta donde yo le indiqué.
Se sentó cabizbaja, ojos llorosos, hombros caídos, manos temblorosas. Cuando levantaba la cabeza y me miraba había en ella una mezcla de derrota y de esperanza. Sus arrugas marcadas y profundas, delataban una edad ficticia que no se correspondían con sus 45 años.
-" No sé si vengo al sitio adecuado". "Eres mi último cartucho"...Esbozó un susurro apenas audible.
Buff, ¡cuánta presión para mí y para ella!
-Creo que has venido bien Ana pero esto depende de tí más que de mí. Si realmente sientes que soy el último cartucho es mejor que te vayas. No voy a poder ayudarte. Lo siento de veras. La presión por mejorar es un enemigo difícil de ganar.
Me miró sorprendida con sus ojos negros enormes, de tristeza infinita...Mi expresión seria, impávida... hizo que su gesto abatido ganara algo de compostura.
- ¡Llevo 5 meses muy mal!- No puedo más. Tengo un dolor crónico que no se quita y esto me hunde. Yo siempre fuí muy alegre. No soy yo. ¡Ya no sé qué hacer para salir de esto!
- " Ana intuyo tu sufrimiento, tu cansancio, tus pocas ganas de hacer nada por tí... Intuyo lo difícil que es la vida con un dolor crónico y entiendo tu abatimiento, tu desánimo, tu apatía por el mundo que te rodea. Entiendo tu desolación ante la macabra rutina que tienes que afrontar cada día. Entiendo lo que te pasa. Es duro. Te sientes completamente sola ante un monstruo que no puedes derrotar.
Ana me miraba y asentía como si la leyera el pensamiento.
- Según me dices lo que haces cada día por vencer a este monstruo...¿funciona?
Ella negó con la cabeza.
- " Pues te sugiero que dejes de hacer. Mejor que no hagas nada. De momento sólo observa al monstruo y no hagas nada por mejorar. NADA POR VENCERLO. Déjalo estar. Empieza por aceptar lo que te pasa y será el primer paso para cargar un poquito la artillería. Estás agotada Ana y con un único cartucho poco podemos hacer ante semejante enemigo.
Simplemente NO MEJORES!!"
Ana me miró escéptica, sorprendida, desorientada...
- "Eso si,registra en un papel todo la información que puedas sobre el monstruo.
Sólo eso.
Es el primer día de una forma distinta de afrontar el dolor.
No aceptar emociones negativas en nuestra vida nos hace más vulnerables ante ellas.
Así es que empecemos por aceptar que forman parte de nuestro camino.
Si me digo a mi mismo que siempre tengo que estar bién, posiblemente mi mente sea carne de cañon ante una situación de conflicto. Dejemos fluir las emociones. Hay que aprender a manejarlas no a evitarlas.
Lola Rodríguez. Psicóloga