Inseguridad. Enemigo de la calma
Voy a describir un caso real cambiando nombres y algunos detalles sin importancia. Cualquier pareja podría estar viviendo esta tortura por cualquier otro motivo como por ejemplo:
-Conflicto en el reparto de las tareas de casa,
-Demasiadas salidas por parte de uno,
- Comunicación inadecuada o agresiva
-Pequeños pero frecuentes desacuerdos en el día a día,
-Un familiar dominante al que se prioriza en las decisiones de la pareja,
-Abuso y/o uso inadecuado de las redes sociales
-Pilladas frecuentes de pequeñas mentiras
-Falta de contacto físico y/o relaciones sexuales deficientes
-Formas de ser muy diferentes que en lugar de complementarse se repelen...
En fin, pueden ser infinitas más porque cada persona es un universo único. Lo normal es que se den varias de estas conductas a la vez, lo cual hace que cada vez sea más difícil la solución. Es importante hacer caso al sufrimiento y buscar ayuda.
La inseguridad genera desconfianza, la desconfianza miedo, el miedo obsesión y la obsesión puede rematar en paranoia. Esta sería la escalada.
Buff. Brutal.
Mientras antes la detengamos más fácil es llegar al éxito con la terapia.
Si el asunto llega a la obsesión y/o paranoia habría que valorar si es posible aprender de nuevo a vivir sin esos pensamientos intrusivos. Se podría con mucho esfuerzo por parte de ambos y con una buena prevención de recaídas.
Voy a exponer un caso
José y Alba son una pareja que llevan 10 años juntos. El trabaja en una fábrica y ella es asistente social. Se conocieron por un amigo en común, se enamoraron y ahí siguen, juntos. Aún alegan ambos que se quieren aunque con algunas dudas,
Tienen un proyecto de vida juntos, Comparten una economía, se estaban planteando la paternidad,..Todo más o menos normal hasta que se han comprado una casa...
Y he aquí el detonante de la infelicidad absoluta.
Es una casa de pueblo y la van restaurando con mucha ilusión pero también con mucho esfuerzo. Ellos mismos hacen de arquitectos, albañiles, pintores, restauradores...Se han metido por mutuo acuerdo en un proyecto de tanta envergadura que la casa tiene dos sabores: veneno y miel.
Miel porque es un proyecto que genera ilusión, distrae, en teoría debería de unir a la pareja...
Veneno porque es un foco de estrés. Requiere un nivel de exigencia y trabajo que les somete a muchas faltas de consenso, a discusiones en el día a día.
Las discusiones continuas conducen al miedo.
Miedo a decir o hacer algo inadecuado. Miedo a que el otro sufra por nuestra culpa y miedo a sufrir por culpa del otro. Miedo a hablar, miedo a tocar, miedo a sonreir, miedo a llorar, miedo a tardar,miedo a volver a casa...El miedo es mutuo aunque lo viven de formas distintas, como personas distintas que son.
En definitiva, han perdido la calma, han dejado de vivir relajados para vivir en alerta continua. El miedo acecha. El enemigo está ahí.
Es agotador llevarlo encima. Esto deprime, desalienta. No le vemos salida. Mal si seguimos adelante y mal si rompemos.
Desolador panorama. Cada cual puede verbalizar sus miedos, sus preocupaciones, sus inseguridades con respecto al otro. Lo que si está claro es que cada cual es responsable de la suya. Y si uno, sólo uno aprende a manejarse con semejante monstruito, mejorará el otro.
Sólo hay que provocar un cortocircuito en tan perversa espiral.
QUE SEA LEVE, CHICOS, A TRABAJAR!!!